México es un país donde todo es posíble. Aquí definitivamente todo es posíble. Claro, si es que tienes dinero.
Una buena ejemplificación de esto son nuestros medios de comunicación. Es cierto que mucho se dice sobre el tema, de que son corruptos, de que están comprados, pero ¿Cómo es que funciona esto y cómo es que es posíble?
Bueno, todo comienza por el hecho de que no cualquiera puede tener una televisora. Para que un canal pueda llegar hasta tu tele (siempre y cuando no sea por tv de paga) tiene que viajar por el espectro electromagnetico y resulta que este espectro es propiedad de la nación. Administrado este por el estado mexicano, obviamente.
Necesitas pues, un permiso, o una concesión para poder transmitir. Y como siempre pasa, estos permisos o concesiones, tienen dos características muy simpáticas: Son dificiles de obtener y además son carísimos. Cuando digo que son dificiles de obtener no me refiero a los requerimentos o al trámite, me refiero a las palancas que necesitas mover para que esto pueda suceder. Necesitarías ser, por ejemplo, pariente de un presidente, como el caso de Jorge Salinas Pliego. De esta manera podemos comprender por qué solamente tenemos dos cadenas nacionales en nuestro amado terruño del tercer mundo.
Imagínemos que poseemos el dinero y que también la palanca. Imagina todo lo que tuviste que pasar. ¿No lo valorarías? Claro que sí, y cuidarías tu concesión con la misma pasión con la que un perro defiende el hueso de los otros canes.
Siguiendo el ejemplo de los perros ¿Te atreverías a morder la mano que te da de comer? O si alguno de tus empleados se pone a decir cosas en contra del gobierno que tan generosamente te dió la mano ¿Qué harías? De seguro no lo pensarías dos veces al tener consciencia que te pueden revocar la concesión en cualquier momento.
Es evidente lo que hacen los dueños de las cadenas nacionales. Una buena manera de comprobarlo es el caso de Vicente Fox: Mientras tenía el poder, pues sí, hacía tonterías, decía estupideces, pero... seguía siendo el presidente. Pero una vez que terminó su sexenio, de estúpido, de imbecil, de loco no lo bajaron, en pocas palabras, lo hicieron trizas. Ya no era el jefe.
Sin embargo, hay muchos analistas, comentaristas, periodistas, reporteros, etc. que trabajan para estas televisoras en cuestión. A saber Televisa y TvAzteca. Todos ellos han recibido "linea", ellos saben perfectamente a quién atacar y a quién no. Son personas como nosotros, como tú o como yo, que tienen familia y que temen perder sus trabajos. Aún cuando deseen decir la verdad, se abstienen porque quieren poder volver al día siguiente, no les vaya a pasar lo que a Carmen Aristegui.
Un dejo de imparcialidad es obligada por parte de las televisoras para no resultar tan evidentes: Algunos programas donde gente no "tan bien conocida" se dedica a decir cosas que los demás no atrevería, programas que usualmente se transmiten después de la medianoche y por consiguiente, tienen un público cautivo muy muy reducido.
Pero claro, también existen los mercenarios, aquellos periodistas que están dispuestos a trabajar por cualquiera que los contrate, y entre estos, podemos encontrar (No en orden de importancia) a: Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Javier Alatorre o los inútiles de "Tercer grado" con Adela Micha por delante y Héctor Aguilar Camin como invitadillo "Experto". Y bueno, una mención especial para el otrora master de las noticias, Jacobo Sabludovsky, que aunque ya no está en circulación en la tele, fue ilustrado en este contexto por el grupo Molotov por aquellos años con su canción "Que no te haga bobo Jacobo". Todos ellos empeñados en convencerte de que las cosas son blancas aunque todo sea tan negro como sus conciencias.
Desgraciadamente, muchas personas no son conscientes de que existe algo más que las televisoras, esto por dos razones principales: o porque no tienen acceso a otra cosa, o porque de plano, son fans de Joaquin.
Así que la guerra sucia no va a terminar, no porque ya estemos en el año 2012 hemos avanzado a la imparcialidad, y no lo haremos, hasta que el monopolio televisivo termine, pero eso, no se ve cercano.
En lo personal, yo tengo varios años ya que no veo las noticias de la televisión mexicana y soy muy feliz. No significa que no me interese el mundo, como este blog lo confirma. Aún en ocasiones escucho a mis compañeros de trabajo o amigos vivir escandalizados por el tema en boga de las noticias, cuando en realidad se trata de asuntos netamente triviales magnificados por la caja idiota para ser usados como cortinas de humo que nos separen de lo que es verdaderamente importante, como los temas que tratamos en este medio.
La próxima vez que enciendas la tele, sabrás por qué López Dóriga te miente.



No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta con libertad, pero con educación.