sábado, 3 de enero de 2015

Mejora tus habilidades conversacionales.


¿No quieres ser una de esas personas que sólo tienen un tema de conversación, como esos que sólo hablan de fútbol, política o los tíos que insisten que sus tiempos eran mejor que estos? Yo creo que tan bueno es lo uno como lo otro, pero la vida no es blanco y negro. Hay que saberla matizar.

Alguna vez conocí a un tipo que lo único que hacía al platicar era repetir lo último que tú habías dicho, sólo para no quedarse callado. Creo que fue desde ahí, siendo yo aún muy chico, que me di cuenta que no tenía nada de malo dedicarse a escuchar lo que la otra persona le cuenta a uno. Algunas personas creen que es quedar como un tonto, pero a lo largo de mi vida he mantenido charlas con personas que me hablan de temas que desconozco por completo y las he disfrutado y la otra persona también. Lo mejor de todo, es que he aprendido algo nuevo en todas esas ocasiones. Entonces, es cuando viene lo bueno, la próxima vez, te sentirás más cómodo al abordar el mismo tema, pues tendrás el antecedente de tales pláticas y podrás sentirte con la confianza de poder aportar algo.
En una ocasión leí que la clave para ser un buen conversador es, primero, saber escuchar. Una de las cosas que creo que a nadie debe agradarle es que no le presten atención, sobre todo cuando hablas de algo que realmente es importante para ti. En lo personal, me frustra bastante. Esa fue la razón por la que decidí ser el mejor escucha del planeta. Cabe destacar que esa cualidad me ayudó a conseguir verdaderos amigos y a obtener la confianza de muchas personas a lo largo de mi vida. Obviamente, también debes saber tratar aquello que te cuentan y no andar divulgándolo porque,  entonces, todo se va al traste.

Pero, en ocasiones, hay conversadores que son un hueso muy difícil de roer, por decirlo de alguna manera. Me refiero a aquellas personas que son muy escuetas en sus respuestas. Personas que se limitan a responder tus preguntas y si acaso, intercambian dos o tres frases y entonces, llegas a ese momento incómodo en que un silencio insondable se hace presente. ¿Qué hacer en tales momentos? Bueno, la clave es encontrar un tema de interés para esa persona. No importa que no tengas nada en común con ella (Aunque es casi imposible eso), todos tenemos un tema que nos apasiona. El chiste en tal situación es encontrarlo y de ahí en adelante, la conversación fluirá como el agua.

Pero en muchas ocasiones, el asunto es diferente. No se trata de una charla casual, sino de una en donde debes quedar bien parado, incluso, deberías lucirte. Pondré dos ejemplos: Estas con una mujer que te gusta y en la otra, estás con tus suegro o con tu jefe. Primero que nada, la regla inicial sigue aplicando: saber escuchar. Dejarás una buena impresión, pero quizá no te luzcas de la manera que te habría gustado. El primer error que debes evitar cometer es actuar como el tipo del ejemplo que da inicio a este artículo. Eso es desastroso. Jamás hables nada más para no quedarte callado. Tampoco inicies la platica con comentarios sobre el clima, eso en serio apesta. Si te quieres lucir, ya no se trata de una técnica nada más, debes saber de qué hablar, debes tener tema de conversación. Debes hacer la tarea para estar preparado. Es ahí donde los mediocres quedan superados por los nerds. Es ahí donde te das cuenta que saliste de la secundaria y ser el más fuerte o el más lindo no sirve de mucho.

A algunas personas sólo les gusta hablar sin parar. Con esas muy difícilmente podrás lucirte. Tendrías que esperar tu oportunidad para hacer un comentario exacto y puntual. Recomendación: coloca tus aportaciones aquí y allá de manera que no compitan con las de tu interlocutor. No es una guerra de sabiduría, de lo contrario, quedarás como un molesto "smart ass" y a nadie le gustan. Debes hacer aportaciones cuando sea tu momento de hablar, para denotar que sabes del tema y que no se note que lo que quieres es lucirte. No precipites la charla hasta ese momento. Sé paciente. Hasta ahí es la técnica. Ahora, debes hacer la tarea.

La diferencia está en una persona que lee y otra que no. Alguien que aprende cosas, que sabe y que comparte su conocimiento con humildad, siempre será una persona interesante para escuchar. Los más grandes genios de todos los ámbitos siempre están dispuestos a aprender de cualquiera. Entonces, ¿ Cómo puedes estar preparado para cuando ese momento llegue? Pues leyendo este blog. En el encontrarás cultura en general. Datos interesantes con los que podrás tener grandes pies de debate. Te invito a que nos sigas de cerca y aprenderás y la pasarás bien. Recuerda: El hombre culto lo es porque lee.

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